Es detestable dañar a un animal. Es horriblemente cruel usar su cuerpo como si no fuera más que un objeto que no siente, que no sufre. El dilema está cuando entramos en el campo de la ciencia. ¿Hasta qué punto, si es que hay alguno o es que se debería tolerar algo, hemos de permitir que un animal sufra e incluso muera con el fin de curar enfermedades? ¿Cómo van a protegerse los animales de nosotros, sin voz y sin oportunidad para alzarse en contra, cuando les confinamos para hacerles daño? ¿Tan inferiores son a nosotros que somos los humanos los que hemos de elegir sobre el sentido de su vida, sobre su libertad?
Por suerte, hoy día podemos hablar de algunos avances en este campo gracias a la presión popular, de científicos, políticos, estudiantes, etc. en defensa de los animales. Ahora existen centros de investigación y desarrollo de métodos alternativos (en vez del "uso" de animales) en todo el mundo. Destacan entre ellos el ECVAM (European Center for the Validation of Alternative Methods), el GTEMA (Grupo de Trabajo Especializado en Metodologías Alternativas), etc.
La experimentación con animales ha dado un paso a mejor con respecto a hace unos años, pero aún queda mucho por hacer. Por ello, es necesario el esfuerzo de colectivos para que se siga invirtiendo en los métodos alternativos hasta que finalmente se consiga erradicar el método predominante actual.
"Imagina que se le dé tu cuerpo a la ciencia... cuando aún estás en él."
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